jueves, diciembre 22, 2011

¡Qué bello es reír!

Quizás hayan visto ustedes el anuncio de una conocida marca de embutidos en las noticias. Sí, el anuncio fue noticia. De hecho, aún no lo he visto en medio de un programa, y quizás no pueda hacerlo porque dura un buen rato y no creo que puedan meterlo en el habitual corsé publicitario de los 30 segundos.
Pero ahora los anuncios, sobre todo los buenos, se ven en Internet. Se ven motu propio; es el usuario el que lo busca, o se lo encuentra en una red social, compartido por un amigo que nos quiere mostrar aquello que de alguna forma le ha llegado. La publicidad ahora es así. Y las marcas, las que tienen un buen departamento de Marketing lo saben y se esmeran en crear pequeñas historias que nos emocionen.
El anuncio sobre el que les escribo a mí me ha emocionado. Mucho. Se lo describo por si no lo han visto. A un cementerio comienzan a llegar cómicos y humoristas españoles de distintas épocas (Chiquito, Juan Luis Cano, Forges, Fofito, los Morancos, las Hurtado…). De fondo se escucha una melancólica música y se oye una voz en off (Santiago Segura) que habla sobre la importancia del humor en estos tiempos duros de crisis y angustias, mientras los humoristas se saludan y degustan unos productos de la marca en cuestión: una reunión del gremio para darse ánimos, para no olvidar que en estos tiempos, más que nunca, tienen que seguir haciéndonos sonreír. En determinado momento se colocan, solemnes, ante la tumba del que les convoca allí, don Miguel Gila, y Josema pregunta: “Maestro, ¿se puede ver el lado bueno de todo con la que está cayendo?”. Suena un móvil y es Gila preguntando por el enemigo. Diciendo el famoso “¿Podrían parar la guerra un momento…?” El resto ya se lo imaginan ustedes…
Tecleo esto con las lágrimas empujándome los párpados. La imagen en donde Millán se abraza con Josema, Chiquito con Florentino y… ¡Pajares con Esteso! son de una emotividad superlativa. El reencuentro de aquellos que nos hicieron reír, huir de un mundo, a veces, lleno de preocupaciones; aquellos de los que después vimos o intuimos sus sombras perdonándose, acercándose… El anuncio es una mirada al pasado y una invitación a vivir el futuro con alegría y humor, sabiendo de dónde venimos y qué merece la pena.
Como ya se habrán dado cuenta, para mí, la pieza es un “Qué bello es vivir” condensado y a la española, para esta crisis que no es la del 29… Es peor.
El anuncio ha sido ideado por McCann Erickson, dirigido por Álex de la Iglesia y la marca que ha apostado por esta comunicación es Campofrío. Merecen que se diga.
Es el mejor anuncio de Navidad que he visto nunca, porque la alegría y la esperanza es centro de la Buena Nueva. La Conferencia Episcopal debería ficharlos para hacer proselitismo.
Véanlo con los suyos esta noche.

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