En la piscina. Abatido, pero no mucho, lo normal en un tío un poco coñazo tras un día un poco coñazo. Abro la pesada puerta cuasi-hermética y siento el calor húmedo propio de ese ambiente cerrado y artificial de las piscinas climatizadas. Camino buscando con la vista las calles menos concurridas. Es temprano y apenas hay gente nadando. Oigo el movimiento rítmico del agua que se desborda por las orillas del vaso...
De pronto, una carcajada, un sonido que en ese contexto me resulta extraño... Y otro sonido que no identifico claramente: lleno de ¿nervios?, de ¿miedo?, de ¿emoción?, de ¿alegría?...
Miro hacia la calle número uno. Hay un chico en el agua con una burbuja. Junto a él, de pie en la orilla, hay otro chico, un monitor, supongo. En la grada veo a un hombre sonriente que los mira con atención.
El sonido que emite el chico desde el agua me pone la carne de gallina: otra carcajada, los ánimos del monitor... Al acercarme le veo la cara: los ojos muy abiertos, sonríe con cada uno de sus músculos. Se agita con brío, mientras se sujeta a un palo de aluminio que sostiene desde tierra su monitor.
Ya había visto a ese chico antes: en el parking, en el vestuario, caminado con su padre –que ahora esta en la grada-. Tiene una parálisis cerebral, camina con dificultad, pero siempre sonríe.
Ahora ya sé porque sonríe. La piscina despierta en él una emoción que yo ya comenzaba a creer extinta.
Me sumerjo en el agua oyendo su júbilo, su sonido emocionado. Se me nublan los ojos. Hacía tiempo que yo no sentía tal felicidad.
Mis lágrimas se mezclan con el cloro.
...
viernes, junio 02, 2006
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4 comentarios:
Ya era hora...
Por cierto, me encanta esta original forma de puntuar:
"Y otro sonido que no identifico claramente: lleno de ¿nervios?, de ¿miedo?, de ¿emoción?, de ¿alegría?..."
Me encanta que la gente haga con el lenguaje y las convenciones lo que le da la gana. Me encanta cuando lo hacen con inteligencia y sentido.
Precioso relato pero, tal vez, el título correcto sería simpatía en vez de empatía.
Simpatía es la capacidad para sentir de forma idéntica (y de manera espontanea) a como lo hace otra persona en un determinado momento.
La empatía es la capacidad de intentar comprender lo que siente otra persona en un momento determinado y transmitirselo; independientemente de que nostros sintamos lo mismo o no. A veces puede ser una capacidad natural e intuitiva, pero el concepto se refiere con más frecuencia al acto volitivo de intentar comprender como se siente el otro en una determinada situación...a pesar de que esté a años-luz de nuestros sentimientos, valores, o creencias.
Perdón si me he extendido demasiado en el comentario, al releerlo me da un cierto tufillo pedante y nada más lejos de mi intención.
Enhorabuena por el blog, lo leo a diario al acabar el día.
Un abrazo,
Hola, Jesurf:
Yo también os leo en Nalusurf a diario:
Puede que tengas razón y que el título no se corresponda, tal y como tú lo planteas, con el relato. Yo tomo el término como lo hace la RAE, aunque soy consciente de que el lenguaje está vivo y que hoy en día en “empatía” sí hay una carga semántica muy gorda de “voluntad de entender”. Aunque ya te digo que yo lo tomo con la sencillez de la RAE.
empatía. 1. f. Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro.
De todas formas, creo que lo que no es acertado es mi forma de plantear el texto en sí mismo. Quizás no he sabido resolverlo.
Lo que me emociona no es, como a él, el agua de la piscina, el acto de nadar (de ser así, el título debería ser, sin duda, “simpatía”), lo que a mí me mueve hasta las lágrimas es la emoción que él siente, esa emoción exacerbada que yo a menudo olvido y que intento recuperar continuamente: una razón para vivir alegres, el obligarnos a disfrutar las pequeñas cosas.
En un principio pensé en titularlo “Resurrección” porque en el fondo lo que ese chico hizo fue despertar en mi esa emoción que es indispensable para vivir.
Siempre escribo el mismo texto. Todo Xivares es eso.
…
Tu comentario me ha hecho darle bastantes vueltas al post y descubrir recodos en los que no había reparado, muchas gracias.
¡¡!!
Entraba embalada a conectar tu relato con una experiencia y una lectura. La experiencia era la cara de mi niño de meses saliendo del agua después de bucear por primera vez y descubriéndome, él también, una emoción similar a la que relatas. La lectura eran algunos poemas "acuáticos" de un libro de Manuel Vilas. Me quedo de piedra al leer tu comentario. ¿Sabes cuál es el título de ese libro? "Resurrección". Precisamente. Toma identificación mental.
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