Un ordenador muy listo gestiona este blog. Ha llegado a un grado tal de inteligencia que tiene ya hobbies propios. Y claro, a veces desatiende su tarea. Yo no se lo recrimino… Faltaría más…, estoy yo como pa’ decir a nadie que desatiende sus obligaciones… Ni siquiera a un ordenador.
Que al tío le mola ponerse a barajar sus archivitos de ceros y unos, pues oye, cada uno disfruta con lo que puede. Claro, eso sí, en el mientras tanto, los incontables lectores de Xivares (incontables para aquellos que no puedan contar sin usar los dedos de las manos) se desesperan intentando dejar comentarios a las ingeniosas -y nada pretenciosas- entradas que un servidor se dedica a colgar mientras desatiendo, al igual que hace el ordenadorcito, mis obligaciones.
Así que, en su nombre, e identificándome con él plenamente, os pido disculpas.
Entre nosotros y en voz muy baja: Espero con este comentario que él y los suyos –es decir: los demás ordenadores del mundo- sean conmigo tan flexibles y comprensivos como yo soy con él ahora, y no me den, en el futuro, tanto el coñazo con ventanitas de errores de sistema y demás milongas… Porque no sé si os habéis dado cuenta de que, amparándose en el cuento de que son máquinas, son más inflexibles que los funcionarios de la antigua Rumania –que según tengo entendido eran durísimos.
jueves, abril 14, 2005
¡Sed pacientes con él! (captatio benevolentiae encubierta)
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