Duermen los perros junto a la ría y las olas se arrojan mansas contra la arena. Nadie me oye, sólo Dios escucha mis abandonados pasos. Mi ego, demasiado firme y así también mi miedo. Con el cuerpo aparentemente tranquilo y el alma tensa. Derrotado por mí mismo, por no poder vencerme, por no poder abandonarme. Esperando a ser los perros, la ría, las olas y la arena para perder el miedo.
En el otoño
me sobran las palabras.
Me faltan tripas.
miércoles, septiembre 17, 2008
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2 comentarios:
He venido aquí siguiendo el rastro de Luis Rosales... Después descubrí que provenimos del mismo lugar...Ya estaba acomodándome cuando me percaté de que el silencio reina aquí desde hace tiempo...
Saludos igualmente, ojalá algún día se rompa este silencio.
Hola.
Muchas gracias por lo que me dices. De verdad que anima mucho comprobar que de vez en cuando medio gusta algo de lo que uno hace.
Claro que conozco a Thomas Campbell, es un muy buen referente. Me gusta mucho su rollo multitarea dentro de una misma pieza, es alggo que a veces intento con lo mío (sin el mismo resultado, obvio). Y también me mola mucho el estilo de dibujo que tiene. Algún día... :)
Pásate las veces que gustes y haciendo todo el ruido que necesites, yo lo agradeceré infinitamente.
Un abrazo.
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