Una revolución.
Luego una guerra.
Ángel González
No hubo revolución
No hubo una guerra.
El cambio se produjo sin temblores,
Sin estallidos, sin sangre en las aceras.
Mis primeros pasos en la tierra
No acompañaron grandes transiciones,
La Transición pasaba pasajera,
Sin ruido de sables, ni velas en la iglesia.
Algún asesinato que demostraba el hecho
De que la voz era el arma más certera.
Pero poco más…
Jerséis de lana hechos por la abuela,
Con las agujas de tejer que eran mis flechas.
Colores ocres en el parque, los estorninos se iban en primavera.
El cambio más notorio de aquel 23 F fue tan solo:
Suspensión de las clases escolares,
Tele por la mañana,
“coño” en boca de todos.
Hizo falta que alguien entrara en el Congreso
Para que aquella caja comenzase a encenderse
Entre semana antes del mediodía.
Aunque pasarían aún unos años
Y fue Jesús Hermida quien comenzó a hacernos
Vivir en culebrones mexicanos, en Santa Barbara
Que no era patrona de mineros sino lujo barato
Justo antes de la lentejas…
Y todo intrascendente y rutinario.
…
Y sin tener motivo me emociono
Pensando en aquel tiempo tan lejano…
… en los libros de Historia del año 2030.
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