Un tesoro en la isla, un claro en el bosque…
… he encontrado.
Callado, buscando sin buscar, pero en continua búsqueda. Como siempre mientras haya aliento.
Herido de nostalgia. Este sol de continuo me hace achinar los ojos y mirarme adentro (las excusas son fáciles de encontrar). Y adentro siempre veo días pasados, colgados en mi alma como enredaderas. Construyéndome, acumulándose cada día, configurándome.
Y a veces me parece tocar esos días –cualquiera ya vivido–, como si pudiera volver… Y otras veces son tan lejanos que se borran sus extremos y sólo percibo sombras y manchas. Y me desorientan.
Nostalgia de mí mismo, de los “yos” que fui, de los diferentes “tús”, de lo que me deparaba el futuro aquellos días, porque el futuro cambia cada día.
Comencé un día a caminar buscándome y cuanto más me acerco a mí mismo más perdido estoy.
Por eso esta morriña hecha de orbayu y yerba, de plastidecors rotos, de carnés de biblioteca infantil, de Pumarines-Somió, de sesiones de tarde en el Albéniz…
… de la seguridad del hogar y del futuro.
Siempre escribo el mismo texto.
Ah, se me olvidaba… el tesoro:
Homesick
Kings Of Convenience
… homesick because I no longer know where home is.
domingo, agosto 21, 2005
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