viernes, agosto 12, 2011

Patrimonios

Iba a escribir este artículo sobre el fenómeno de José Tomás. Fenómeno de marketing para unos, fenómeno del toreo para otros. Quería hacer un ejercicio de clarividencia, porque estas líneas las tecleo unas horas antes de su corrida en El Bibio. En mi intención estaba loar al diestro de Galapagar -aunque entre los muy entendidos no esté del todo bien visto que te guste ni su toreo, suicida para algunos, ni su personalidad, forzadamente mística para otros. Quería explicar por qué y cuándo me conquistó a mí el de Galapagar poniéndome lírico y excesivo en el verbo, como hacen los malos escritores.

Pero he desayunado con la noticia de que los grupos parlamentarios del principado piden a Foro que haga público su patrimonio, y echándome el capote a la espalda le voy a dar un quite por gaoneras a este texto.

A mí, que nunca tuve entre mis filias a los de la bancada azul, la actual actitud de la izquierda regional –que tanto ha criticado el populismo Casquista– me parece vergonzante; la de los de las gaviotas en Asturias ya lleva pareciéndomelo bastante tiempo, así que no me sorprende tanto. (Aquí es donde me pongo a centímetros de la cornada social, pero me mantengo estatuario y sigo en faena.)

Esta semana hemos conocido lo que tienen y lo que deben -pues se han publicado también sus hipotecas- los concejales gijoneses. Y todos hemos sacado conclusiones. En los chigres se oía: “Esti, tien tres motos…” o “¡Cómo va a tener 2.500 euros en el banco na más!”. E incluso: “Esti, tan de izquierdas como ye, y tien tanto patrimonio como un marqués”. Como si no se pudiese
ser de izquierdas y tener dinero. O ser de derechas y estar “palmao”.

Que nos interese este amarillismo político nos deja en muy mal lugar. Lo que debería importarnos es que la gestión que hagan los que se encargan de la cosa pública, tanto gobierno como oposición, sea transparente y busque el bien común. A mí me da igual que menganito tenga 6 rolex o que deba en la pescadería dos besugos, lo que quiero es que con el dinero de todos, intenten sacar el máximo beneficio para la comunidad.

Sí es cierto que al conocer su patrimonio podremos compararlo con el que tengan cuando dejen la política y ver si se han lucrado ilícitamente en el desarrollo de su ejercicio o no. Entonces deberemos exigirle cuentas, pero no políticas, si no legales. Lo demás me parece de tercera regional. Y no entiendo cómo los políticos serios que militan en el PSOE y el PP asturiano, que también los hay, no disuaden a los que buscan derribar al contrario con técnicas bananeras para ponerse ellos.

A mí me da igual que Cascos sea rico, lo que le voy a exigir es que, en el tiempo que esté representándonos, no se salga ni un milímetro de la legalidad.

Y cuando PP, PSOE e IU piden hacer públicos los patrimonios, se me viene maliciosamente a la cabeza el pasaje del Lazarillo cuando come las uvas y el ciego le dice: “Lázaro, estás comiendo las uvas de dos en dos”. Y Lázaro sorprendido le pregunta que cómo es capaz de saberlo. A lo que el ciego responde: “Porque yo las como de tres en tres y tú callas”. Y ahora, a mí lo que me apetece es pedirles las cuentas a Tini o a Gabino. Pero como no tengo ganas de charlotadas, me voy a ir al Bibio con la esperanza de ver unas sinceras manoletinas. Y le pido a los políticos que no saquen la barriga después de que haya pasado el toro.

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