Mientras, escucho los siguientes versos que me remueven y me traen recuerdos de merenderos con techos de uralita rotos, de bombón helado de la Ibense, de columpios oxidados y batallas de corchos, de olores de sidra y serrín, y de una enorme sudada, siempre, fuera invierno o verano. De un tiempo de pantalón corto y zapatos Kikers… que hace que se me humedezcan los ojos…
Por favor,
Recuérdame,
Felizmente,
Al lado del rosal
Con moratones en la barbilla,
El tiempo en que contábamos cada coche negro que pasaba por tu casa
Debajo de la colina
Hasta que alguien nos cogía en la cocina
Con mapas de cordilleras
Y una hucha con forma de cerdito…
… Una visión demasiado olvidada para mencionarla.
The Trapeze Swinger
Iron and Wine
Iron and Wine
Los versos, el tono de la canción, la lluvia de hoy… me sumen en una melancolía alegre que me empuja a desear repetir para con los míos esos momentos aparentemente insulsos, y desde luego efímeros, que justifican la vida.
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